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Desafío dirigido a estudiantes que deseen desarrollar su TFG/TFM, sin miedo a lo desconocido. Con iniciativa, buena capacidad de aprendizaje, ganas de aprender y asumir nuevos retos. No es necesario disponer de conocimientos previos/concretos.
Perfiles técnicos. Telecomunicaciones, Informática, con capacidad de síntesis
La distribución de los contenidos de vídeo está evolucionando en los últimos años hacia la utilización de protocolos de bitrate adaptativo (ABR: Adaptative Bit Rate) basados en HTTP.
Además, la tendencia es que la actual fragmentación que existe en el uso de este tipo de protocolos en función del tipo de dispositivo del usuario final (Smooth Streaming, HLS y DASH) vaya desapareciendo paulatinamente y por el momento parece que la convergencia se aglutina entorno al protocolo DASH.
Todos los protocolos de bitrate adaptativo se basan en el paradigma de que es el player quien de forma autónoma decide qué capa de calidad del vídeo consume en cada momento. En contraposición con otros mecanismos de delivery de vídeo donde es el servidor quien controla la sesión de streaming, en los protocolos ABR es principalmente el player quien tiene ese control. Esta aproximación ha permitido a los protocolos ABR ser la mejor alternativa para distribuir contenidos de vídeo en escenarios OTT (Over The Top), donde las prestaciones de la red subyacente eran desconocidas y no controlables. No obstante, la utilización de este tipo de protocolos no sólo en escenarios OTT puros sino también en redes gestionadas abre nuevas posibilidades para mejorar la calidad y la eficiencia de la distribución de contenidos de vídeo explotando una mayor integración entre la red y el servicio.
Además, la creciente masificación de los servicios de vídeo, que según muchas previsiones superarán el 80% del tráfico total de Internet en los próximos años, ha hecho imprescindible la aparición de redes de distribución de vídeo (CDN: Content Delivery Networks) para gestionar de una forma más eficiente este ingente volumen de tráfico. Estas redes de distribución de contenidos (CDNs) cachean el contenido solicitado por los usuarios y cuando se producen nuevas peticiones de contenido seleccionan el servidor más apropiado para ofrecer el mayor nivel de calidad posible y optimizar los recursos utilizados. Una mayor comunicación entre el servidor que entrega el contenido y el player que lo consume podría permitir dar un paso más en la mejora de la calidad y la eficiencia de la distribución de contenidos de vídeo. En esta línea existen en la industria propuestas como la extensión SAND (Server and Network Assisted DASH) definida para el protocolo DASH pero que por el momento están teniendo muy poca aceptación.